
A primera vista, el chalet parecía un edificio de campo normal, sin embargo, cuando cae el sol, brilla tan intensamente en un tono dorado que es casi imposible no mirar hacia otro lado al pasar. En las paredes puedes ver muescas de notas musicales (especialmente la clave de sol) y pequeños soles en relieve, además de flechas y liras, todos símbolos del dios. Poco se dice sobre el interior del chalet número 7, pero se supone que está razonablemente organizado y que alberga las armas e instrumentos musicales de sus ocupantes, así como sus camas y diversas pertenencias.